CÓMO ESCRIBIR MICRORRELATOS: LA CONQUISTA DE LA BREVEDAD
23 de enero, 2023
“Lo bueno, si breve…”, sí, es dos veces bueno. Pero puede resultar muy difícil de ejecutar. Los microrrelatos son pequeñas joyas que causan efecto con muy pocas palabras, pero que deben ser cuidadosamente escogidas. Escribir corto y causar impacto es todo un desafío. De hecho, quienes tienen experiencia en escritura publicitaria, son los que mejor conocen el arte de emocionar con pocas líneas. Haciendo un paralelismo, un buen slogan es eso: seducción condensada al mínimo, con un máximo de efecto. Un cross a la mandíbula. Escribir microrrelatos es saber condensar. ¿Cómo se hace? Veamos un posible mapa para encontrar el tesoro. Recordemos que no hay verdades únicas, pero sí acercamientos que nos orientan. Van 5 pasos a tener presente como premisas básicas:
¿QUÉ ES? Antes que nada, tengamos presente que un microrrelato no es una síntesis de una historia larga, como muchos piensan. Se trata de una historia en sí misma, brevísima, que suele causar más sensaciones por lo que calla que por lo que expresa.
HIPERBREVEDAD. Es una escritura minimalista: no hay espacio para las descripciones largas, ni para información secundaria de ningún tipo. Cada palabra debe ser rigurosamente necesaria. No hay margen para lo superfluo. En general, no superan las 200-250 palabras, pero los más interesantes suelen tener menos de 50.
¿ARGUMENTO? En general, el “guion” no obedece a la tríada “Introducción, desarrollo y desenlace”, como podríamos pensar en un cuento, por ejemplo. Lo más importante suele ser el giro inesperado del final. Un clímax, que me deja imaginando mucho más que lo que expresan las palabras leídas. Podríamos decir que es un “trailer” de una historia mas larga, así como las películas tienen una “condensación” con lo más interesante.
RIGOR. La selección de cada vocablo resulta fundamental. Al ser de pocas palabras, nos hace maximizar la elección para alcanzar el punto más alto de claridad y, a la vez, de impacto. Aquí, la técnica es todo.
UN NARRADOR-TALLADOR. Miguel Ángel dijo una vez: “El David estaba dentro de ese bloque. Yo lo único que hice fue sacar lo que sobraba”. Mismo pensamiento podríamos utilizar aquí. Sacar todo lo que sobra, y dejar el núcleo de la idea, bien expresado. Nada mejor que leer algunos ejemplos para saber de qué se trata un buen microrrelato. Nos vienen a la memoria estos dos: Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son (Amor 77, Julio Cortázar) Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. (El dinosaurio, de Augusto Monterroso)
Es un género muy en boga hoy en día; vivimos en una época donde la brevedad parece ser en sí misma un valor. (¿Será acaso una tendencia abonada por la escritura sintética en redes, o por la falta de tiempo en la rutina diaria, o por ambas?) Lo interesante es descubrir un camino alternativo para abrir nuestro potencial de creatividad explorando el lenguaje. Algunos dicen que hay que tener muchas “horas de vuelo” como escritor para lograr un buen microrrelato. Para otros, arrancar por lo mínimo es un buen entrenamiento inicial. Lo importante será aceptar el desafío, teniendo el objetivo de ser original haciendo volar la imaginación, pero expresando sólo lo indispensable. “Pensar en grande y escribir en chico”. Hay varios concursos literarios orientados a microrrelatos que pueden motivarte. ¡Animate a probar!