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CONSEJOS PARA ESCRIBIR UN LIBRO POR PRIMERA VEZ:

2 de noviembre, 2022

¡VENCÉ LOS MIEDOS!

Escritura

¿Te abruma la idea de enfrentar tamaño desafío en soledad? ¿Pensás que es imposible ordenar todo lo que tenés en la cabeza, bajarlo a papel y encima darle una forma legible interesante? Este artículo es para vos. 

Armamos una modesta hoja de ruta, para acompañarte en el proceso. Son pequeñas ideas que pueden ayudarte a ir poniendo cada cosa en su lugar, en tiempo y forma, evitando el “colapso”. Lo principal es que consideres muy útil llevar adelante una organización invisible de tu historia, y recién después empezar a escribir el libro en sí. ¿A qué nos referimos? Mirá: 

Sugerencia 1. PARA EMPEZAR, NO TENES QUE SER CREATIVO, NI INTELIGENTE, NI NADA DE ESO. TENES QUE SER PACIENTE.

Recordalo una y mil veces. La palabra “paciencia” deriva del latín “patientia”, que significa “cualidad del que sufre”. Atravesar los estados de ánimo es tan importante como encontrar esa metáfora novedosa, ese adjetivo esquivo. El impaciente, pierde. Acá gana la persona constante. El apuro es siempre mal consejero. Pensá que tu libro quedará impreso para siempre… o hasta la próxima edición, al menos. 

Sugerencia 2. ES PREFERIBLE QUE ESCRIBAS SOBRE ALGO QUE TE GUSTA.

Esto moviliza tu cabeza de manera especial. Sea ficción, investigación, ensayo o lo que quieras contar, sentí placer. Lo que tenés en mente casi seguro que ya es de tu interés, y por eso estás leyendo una nota como esta, para hacer viable el proyecto. Buen comienzo. 

Sugerencia 3. LA IMPORTANCIA DE SER UN BUEN ADMINISTRATIVO.

¿Qué significa esto? Procesar, organizar y repartir la información del contenido es clave. Para eso, está bueno que tengas un panorama general acerca de qué va el libro. No hacen falta los detalles; alcanza con el argumento a grandes rasgos. Esto da paso al siguiente consejo, que es el talón de Aquiles del libro.

Sugerencia 4. LA CLAVE ESTÁ EN EL ÍNDICE.

Ahí radica el corazón del entramado invisible que irás haciendo sobre tu texto. Decir “índice” es decir la “columna vertebral” del escrito. Significa abrir “bolsones” que llamamos capítulos, donde iremos apoyando conceptos o partes de la trama —tal como hacemos cuando guardamos ropa en un bolso— en principio sin mucho detalle, bien a grandes rasgos. La administración del contenido empieza a transformar esa masa enorme de información en pequeños “lotes”. En el Capítulo 1 iría tal cosa, en el 2 otra, y así vamos diseminando en partes nuestra historia. No se trata de un índice que vayamos a respetar siempre, sí o sí: de hecho, posiblemente irá mutando ¡muy seguido! Pero te ordenará y verás que de a poco podrás sentir el gran punto a lograr: el dominio del texto. Esto trae seguridad, y cuando nos sentimos seguros todo es más fácil.  Ahí, recién ahí, empieza la escritura.  

Sugerencia 5. AHORA SÍ: ESTA TODO LISTO PARA LA DIVERSIÓN.

(¿Diversión? Pero yo sigo preocupado, dirás vos.) Es cierto, pero podés empezar a meterte de lleno en lo que querés contar, mientras te sentís contenido dentro del perímetro que te marca cada capítulo. Es una especie de “corralito” temático, donde podes ir desarrollando lo que corresponde a cada “bolsón”, entrando en algunos detalles pero no necesariamente en todos. Vas dándole forma a cada capítulo, y de a poco, la historia irá tomando cuerpo frente a tus ojos. “Divide y reinarás”, dice el dicho. Escribir de a un capítulo significa olvidarme de la historia general para poner la energía en esa parte específica. Es hacer “zoom”. La historia se domina a partir de cada eslabón. Y cuando tenemos los eslabones más o menos expresados (no diría escritos, sino bosquejados), podemos dar paso a la siguiente norma. 

Sugerencia 6. TOMAR DISTANCIA.

Resulta indispensable alejarnos de lo narrado una vez que hayamos cumplido con llenar cada “bolso”, cada capítulo, aunque no se trate de una escritura fina, con todos los detalles que queramos ponerle. Es el momento de dejar “dormir” el texto, unos días. Si podemos, leamos algún otro libro, para despejarnos. Un buen café en nuestro sillón preferido, será el escenario para el próximo consejo. 

Sugerencia 7. LECTURA GENERAL.

Luego de tomarnos un descanso, está bueno leer con ojos nuevos todo lo expresado. Aparecerán matices, palabras que no nos gustan, explicaciones aún “verdes” de por qué un personaje toma determinadas decisiones, etc. ¡Perfecto! Es el momento de hacer anotaciones para ir siendo cada vez más claros. Incluso, tal vez nos salte a la vista la inclusión de nuevos capítulos, o de cambio de orden. Recordar la sugerencia 1: en este tramo, es vital. 

Sugerencia 8. VUELTA AL RUEDO.

Ahora que tenemos una visión general de lo plasmado y administrado en capítulos, retomamos la escritura alimentando la narración con más información, detalles e ideas. Este es el gran momento para ir sumando todo lo que consideramos importante. 

Sugerencia 9. CORREGIR, CORREGIR, CORREGIR.

Escribir es reescribir. Después de tomar distancia otra vez con unos días de separación, viene la etapa más dura. Limar asperezas, volver a redactar partes, cambiar términos, jugarnos con algunas imágenes poéticas, y quizás lo más difícil: desenamorarnos de ciertos párrafos y reemplazarlos por enfoques más eficaces. Luego, es el momento de empezar a leer en voz alta cada capítulo. Es la mejor manera para detectar cacofonías, repeticiones y faltas de claridad. 

Sugerencia 10. DAR A LEER TU NARRACIÓN.

Es importante tomar referencia de quién podría leerte, y “tomarlo como de quien viene”, en el buen sentido. Si es una persona rigurosa, o tal vez solo amante del tema central de la historia, o quizás con muy poco roce literario, no importa. Lo que sí es necesario es que veas qué le parece, evaluando su veredicto no como una verdad inalterable, pero sí como una guía. Lo ideal: poder dar con un lector medio, parecido a quien va a invertir tiempo (y dinero) en comprar tu libro, así ya vas viendo qué tipo de sensación genera. 

Bonus track: OLVIDATE DE TODOS LOS CONSEJOS PRECEDENTES. Si sentís que querés probar de otras maneras, ¡adelante! Lo importante será avanzar y concluir la escritura, cumpliendo tu sueño. 

Esta no es la única manera de escribir un libro, claro. Pero sí es un camino prudente, que favorece que derrotes al peor de los enemigos, ¡el miedo! Ese temor paralizante es el gran abismo que separa a un escritor de su obra. Tomá estos consejos como pequeños “puentes” para pasar del otro lado, y así, de paso, las excusas se van desvaneciendo. Mucha suerte en tu objetivo, y desde ya felicitaciones: orientarse hacia la meta ya es una primera forma de alcanzarla.

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